lunes, 28 de octubre de 2013

Recuerden que el socialismo es imposible

Recuerden que el socialismo es imposible

http://opinion.infobae.com/adrian-ravier/2013/10/28/recuerden-que-el-socialismo-es-imposible/

Artículo de Infobae - Opinión - Columnista

  Por: Adrián Ravier

 Si algo tienen en común los partidarios del socialismo y la economía pura de mercado es su crítica a las inconsistencias del capitalismo;intervenido. El intervencionismo que se viene aplicando, gobierno tras; gobierno, sólo suma parches que atienden a cuestiones “urgentes”, pero; nunca resuelven los problemas de fondo, las cuestiones “importantes”.Los socialistas, sin embargo, fallan en dos aspectos centrales:

  • primero, en diferenciar el sistema capitalista “puro” -como lo han entendido y defendido Adam Smith y Friedrich Hayek-, del sistema capitalista “intervenido” -con los parches propuestos por John Maynard Keynes y Paul Samuelson-;

  • segundo, en comprender que “el socialismo es imposible”, como han demostrado Ludwig von Mises en su artículo de 1920 y su libro 1922, y Friedrich Hayek en distintos documentos de los años 1930 y 1940, con un argumento que continúa sin respuesta, pero que muestra su validez en el fracaso de las distintas formas de socialismo en toda Europa, y ya casi podemos decir en todo el mundo.

En este artículo sólo podré concentrarme en este último punto, el que ha sido tratado ampliamente en un libro del catedrático español Jesús Huerta de Soto titulado Socialismo, cálculo económico y función empresarial. El libro cuenta con más de 400 páginas, pero el lector puede acceder a una reseña que personalmente escribí sobre este debate, y que fuera publicado en la revista Cuadernos de Economía (Vol. 30, Nº 54), de la Universidad Nacional de Colombia. El argumento básico explica que en un mundo de incertidumbre y conocimiento disperso, la propiedad privada es necesaria para dar lugar a los precios, pues sólo ellos pueden permitir a los empresarios advertir de ganancias y pérdidas en sus proyectos de inversión, y con ello asignar con relativa eficiencia los recursos escasos. Más en limpio, si no tenemos propiedad privada de los medios de producción, no tenemos mercados para esos medios de producción. Sin mercados para esos bienes de producción, no habrá precios. Sin precios, los empresarios no pueden advertir si sus proyectos de inversión son rentables.

Si algo funciona -aún en el capitalismo intervenido- es precisamente ese proceso de prueba y error, en donde los empresarios van probando distintas inversiones, y sólo cuando son rentables, los proyectos se mantienen. Ganancias y pérdidas contables representan una información en el mercado acerca de si estamos asignando bien o mal los recursos. Y vale recordar que esos resultados son consistentes con la soberanía del consumidor, donde gana el que sabe satisfacer las necesidades del consumidor, y pierde el que no logra la demanda de sus consumidores. El socialismo propone terminar con la propiedad privada, terminar con estas señales de mercado, terminar con la función empresarial y reemplazar todo ello por la propiedad pública de los medios de producción. Aquí se abren un abanico de opciones, pero nunca ha quedado claro qué es lo que en definitiva proponen los socialistas. Y el problema es que el propio Marx careció de una propuesta concreta de cómo funcionaría el socialismo.

De un lado, se propone que el gobierno administre públicamente esos medios de producción, como de hecho ocurrió en Alemania Oriental, en Rusia o actualmente es en Cuba. Aquí los problemas son al menos dos. Primero, como señaló el Premio Nobel en Economía James M. Buchanan –recientemente fallecido- el gobierno puede no tener los mejores incentivos para administrar “solidariamente” estos recursos. Si asumimos que los individuos siempre persiguen su propio beneficio, ¿por qué vamos a suponer que las personas que lleguen al poder van a tender a interesarse por el “bien común”? Buchanan insistía en que lo más probable es que estas personas tiendan siempre a alejarse de ese “bien común” y persigan más bien su propio beneficio y de aquellos a quienes representan, o que han financiado sus campañas electorales. Cuando uno mira la Argentina, ¡cuánta razón tenía!

El segundo problema fue mencionado por otro premio Nobel en Economía, en este caso, Friedrich Hayek. Si aceptamos que el problema económico consiste en advertir cuáles son los bienes y servicios que deben producirse, en qué cantidad y calidad y de qué manera distribuirlos, debemos comprender que ese “conocimiento” no es dado a nadie en particular. Los bienes y servicios que necesitamos producir son los que la gente quiere. Y ese conocimiento está disperso en la sociedad, en las preferencias individuales de cada sujeto, en la forma de bits de información que cada uno tiene en su propia mente. ¡Es información no revelada! Salvo que permitamos que la gente demande y comunique esa información a los empresarios a través de los precios, precisamente.

Los socialistas del siglo XXI han dado un paso atrás. Ahora se hacen llamar “socialistas de mercado”, y afortunadamente han dejado de sugerir la propiedad pública de los medios de producción. En realidad se han dado cuenta de que nada es mejor que permitir que la producción de bienes y servicios la lleve adelante el mercado, lo que se traduce en alimentos, ropa y todo tipo de bienes y servicios en calidad y bajos precios, lo que es resultado precisamente del proceso competitivo.

La discusión ahora se resume al rol del Estado. El “socialista de mercado” o aquellos que buscan un mayor “Estado de bienestar” piden un Estado que, paradójicamente, “intervenga”, que ofrezca “bienes públicos”, que evite o minimice “externalidades negativas” y subsidie las “externalidades positivas”. Que aplique “políticas antimonopólicas” y “redistribuya los ingresos” de manera conveniente. Lo que no han advertido aún es que ese Estado al repartir la torta se queda con una porción enorme de la renta para beneficio propio, lo que impide la reinversión de quienes la generan -creando potenciales puestos de trabajo- y dejando a las clases más desfavorecidas sin salida.

Dirán algunos pocos socialistas que este “socialismo de mercado” no es socialismo. Yo estoy de acuerdo. Dirán otros socialistas que la propuesta ideal tampoco es la propiedad pública de los medios de producción, sino la propiedad “comunal” de los medios de producción. En este caso se trataría de pequeñas comunidades de personas que manejarían las “empresas”, y  nótese que estas comillas no son arbitrarias. En tal caso las preguntas sin respuesta son cuantiosas. ¿Cómo se distribuyen los ingresos de esta empresa? Se dirá, quizás, que se lo hará igualitariamente, según las horas trabajadas. ¿Ganará lo mismo un ingeniero que un obrero? ¿Qué incentivo tendrá el ingeniero para capacitarse si finamente sus ingresos serán iguales? ¿Qué incentivo tendrá un obrero para trabajar eficientemente si los otros obreros no lo hacen? “Conocimiento” e “incentivos” son los dos grandes problemas del socialismo. Dejemos el socialismo para otro mundo. ¡Y por favor, dejemos de destinar tinta a un debate acabado!

7º TECAO - ¿El emprendedor nace o se hace?

El emprendedor depende tanto de sus cualidades innatas, como de capacidades que puede trabajar. 

¿El emprendedor nace o se hace?

Podríamos decir que un poco de cada cosa. El perfil emprendedor se crea mediante la unión de experiencias, capacidades, habilidades y actitudes.   Es una mezcla entre lo que somos y lo que queremos llegar a ser. Por eso podemos afirmar que un emprendedor nace y se hace.   Resulta de la combinación de ambos procesos.

Ser emprendedor es una actitud.  Es un espíritu que surge del desarrollo de una serie de capacidades personales. Y no sólo tiene que ver con el hecho de desarrollar proyectos propios, sino que el concepto también hace referencia a una actitud que bien podemos tener en nuestro trabajo, demostrando nuestra implicación en proyectos ajenos.  Suele ser frecuente que se relacionen el espíritu emprendedor y la creación de empresas. No obstante, todo aquel que ya trabaje en una empresa, independientemente de su tamaño, puede aportar en ella su iniciativa y dar pie a una cultura emprendedora en todos los ámbitos.

En este sentido, el espíritu emprendedor depende tanto de cualidades innatas, como de capacidades interiores que pueden desarrollarse en cualquiera:

Edad: Engloba conceptos como la energía, la fuerza y la ambición. Estas características suelen ser más presentes en la etapa de juventud.

Disponibilidad: A poner en marcha proyectos y llevar a cabo las ideas que surgen. Desarrollar cualquier idea supone dedicarle tiempo.

Animosidad: El animo positivo es imprescindible para ahuyentar el desaliento ante los probables reveses.

Iniciativa y creatividad: Dos conceptos que exigen investigación y análisis. El emprendedor debe tener cierta facilidad para idear nuevos proyectos y dar soluciones originales a problemas reales.

Autonomía: Podemos trabajar sin necesidad de ser dirigidos.

Trabajo en equipo: Saber trabajar en colaboración con otros también es uno de los requisitos indispensables para un emprendedor.

Liderazgo: El emprendedor sabe implicar a los demás en los proyectos. Sabe influir en ellos y rentabilizar sus cualidades personales.

Adaptación: Saber improvisar con creatividad. Los acontecimientos no suelen desarrollarse como los habíamos planificado. Por eso tenemos que aprender a rectificar.

Decisión: Combatir la precipitación. Pero también saber asumir riesgos.

Objetividad: Hay que saber valorar las situaciones con realismo. Y nunca ser impulsivos sin sentido.



Fomentar el espíritu emprendedor puede ser incluso mas interesante porque permite que la persona se sienta parte del proyecto, desarrolle sus capacidades y se realice personalmente. Cuando es solo un espectador, la empresa pierde parte del potencial de su capital humano.

 “EL EMPRENDEDOR NACE, EN PARTE,Y SE HACE, EN PARTE”.

Podemos distinguir entre aptitudes y actitudes para ser emprendedor. Si bien es cierto que las actitudes son algo inherente a la persona (cualidades como ser creativo, emprendedor, visionario, tenaz, valiente,…) también se adoptan, adquieren o aprenden. Las aptitudes se ligan a “se nace” y las actitudes a “se hace”. No obstante, ambas se pueden mejorar, y no es necesario contar, a prioridad, con todas las aptitudes asociadas al carácter emprendedor. Ayudan, pero no determinan el hecho de que alguien puede poner en marcha una idea de negocio.

Existe un considerable desacuerdo con respecto al concepto de la personalidad empresarial.
Mientras que algunas personas piensan que se puede enseñar a los individuos a ser empresarios, otros creen que esto es imposible. Peter Drucker considera que cualquier persona, de cualquier organización, puede aprender a ser empresario. Muchos otros apoyan esta creencia. Un emprendedor cree que el espíritu empresarial desafía el análisis y dice que la forma de convertirse en empresario es hacer "una venta a la vez".
Sin embargo, hay muchas personas que creen que los empresarios tienen una personalidad especial y que no es posible aprender sus características. Un escritor de Business Week que está en desacuerdo con Peter Drucker, dice: "Aunque es probable que Drucker tenga razón en que se pueden estudiar y aprender los tornillos y las tuercas de la calidad empresarial, el alma de un emprendedor es algo totalmente diferente. Un empresario (emprendedor) puede ser administrador profesional, pero no todo administrador puede ser un emprendedor". 
  
Enfoque psicosociológico:  Teorías sobre los rasgos del emprendedorismo (el emprendedor nace) y Teoría del comportamiento (el emprendedor se hace), teorías contextuales o sistémicos. 
 

Enfoques psico-sociológicos:

  • Teorías de las características/rasgos del emprendedor:

Supuesto teórico: Emprendedor se nace.
Pregunta de base: ¿Cómo son los empresarios?


Enfoques que ponen énfasis en los aspectos personales del empresario o ciertos atributos de

personalidad.  Intentan responder principalmente a la pregunta: ¿quién es el empresario? ¿Qué características hacen que determinadas personas creen empresas y otras no?, por tal motivo van a plantear una teoría basada sobre las características de personalidad del empresario definido como aquella personas que tiene la capacidad de crear empresas.


Los esfuerzos en la investigación por aislar las características del emprendedor dieron como resultado varios callejones sin salida ya que se observa una falta de consenso sobre la definición del empresario y su función.


Sin embargo, si la búsqueda se hizo con la intención de identificar características en las cuales los emprendedores tienden a diferir de los no emprendedores sería útil mencionar a los postulados de McClelland, psicólogo estadounidense quien en 1972 definió, basado en acercamientos empíricos, una se rie de rasgos (mayoritariamente psicológicos) que según él caracterizaban a las personas emprendedoras.

Esta serie de cualidades se definieron como:

  • alta necesidad de logro e independencia, harán que el comportamiento empresarial se torne en una influencia positiva para el crecimiento económico y el desarrollo .

  •  alto locus de control, se refiere al grado en el cual la persona experimenta la habilidad /convicción de que ejerce verdadero control sobre su lugar en la sociedad

  •  tomadores de riesgo, tolerancia a la ambigüedad, creatividad entre las más importantes.

Según Gartner (1988) muchos investigadores lograron delinear perfiles de las características psicológicas predominantes en diversas zonas geográficas y períodos históricos. En términos

generales puede afirmarse que las conclusiones de esos estudios fueron en su mayor parte ambiguas y poco claras, raras veces coincidentes entre sí, la mayoría de los rasgos eran muy genéricos y hasta contradictorios, además que eran aplicables a cualquier persona.


¿Por qué el modelo de las características no ha probado ser mejor para explicar el emprendedorismo?


Podemos sugerir al menos tres razones.

  1. Generalmente no puede poner en claro la importancia relativa de varias características,
  2. No separa la causa del efecto (por ejemplo, ¿tienen los emprendedores alta necesidad de independencia o su independencia los lleva a crear empresas?)
  3. Ignora los factores situacionales/contextuales.  Como señala Zaratiegui (1996; 63) “las confusiones se producen cuando pretendemos aislar una figura que no ha existido nunca en la historia económica: «el empresario típico». No tiene mucho sentido rastrear los archivos en busca de individuos particulares que puedan ser denominados empresarios”.

Estas limitaciones han llevado a los investigadores a mirar en otras direcciones.



  • Teorías comportamental

Supuesto teórico: Emprendedor se hace.
Pregunta Base: ¿Qué hacen los emprendedores eficaces/ exitosos?


Teorías que proponen qué comportamientos específicos diferencian a los emprendedores de los que no lo son.



La incapacidad de encontrar “oro” en las “minas” de las características llevó a los investigadores a observar los comportamientos que exhibían los emprendedores. Se preguntaron si había algo único en la forma en que los emprendedores eficaces se comportaban.


Primero, sin embargo, consideremos las implicaciones prácticas del enfoque del comportamiento.


Si el enfoque del comportamiento sobre el emprendedorismo fuera exitoso, tendría implicaciones bastante diferentes de las del enfoque de las características. Si la investigación de las características hubiera tenido éxito, habría proporcionado una base para seleccionar a las personas “adecuadas” para asumir los riesgo que implica la creación de empresas. En contraste, si los estudios del comportamiento hubieran sido determinantes críticos del emprendedorismo, podríamos entrenar personas para que fueran emprendedores. La diferencia entre las teorías de las características y las del comportamiento, en términos de la aplicación, yace en las suposiciones que las sustentan. Si las teorías de las características fueran válidas, entonces el espíritu empresarial básicamente se posee desde el nacimiento: usted lo tiene o no lo tiene. Por otro lado, si hubiera comportamientos específicos que identificaran a los emprendedores, entonces podríamos enseñar a ser emprendedor: podríamos diseñar programas que implantaran esos patrones de comportamiento en individuos que desearan ser emprendedores eficaces.


Ésta fue seguramente una línea más excitante, porque significa que la provisión de emprendedores podría ser expandida. Si el entrenamiento funcionaria, podríamos tener un abasto infinito de emprendedores eficaces.  Sin embargo las teorías del comportamiento , en general, han tenido un éxito modesto para identificar relaciones consistentes entre los patrones de comportamiento del emprendedor y el desempeño exitoso.


Lo que parece faltar es la consideración de los factores situacionales/ contextualess que influyen en el éxito o el fracaso.


Las situaciones cambian y los estilos de emprendedorismo necesitan cambiar con ellos. Por desgracia, los enfoques del comportamiento no reconocen los cambios en las situaciones.

  •  Teorías contextuales o sistémicas:
Supuesto teórico: el proceso de creación es un evento contextual, resultado de la influencia de factores culturales, económicos, sociológicos y psicológicos.

Pregunta base: ¿qué influencia tiene el contexto en el proceso emprendedor?  ¿cómo nacen, crecen y se desarrollan las organizaciones?


Para aquellos que estudiaban el fenómeno del emprendedorismo era cada vez más claro que predecir suéxito era más complejo que aislar algunas características o comportamientos preferidos. La imposibilidad de obtener resultados consistentes llevó a enfocarse en influencias situacionales. Una cosa era señalar que el proceso emprendedor dependía de la situación y otra muy diferente ser capaz de aislar aquellas condiciones situacionales.


Según Gartner (1988) el foco del estudio debiera entonces incluir las siguientes dimensiones: 

-el/los individuos involucrados en la creación- las actividades desarrolladas por esos individuos durante el proceso - la estructura organizacional y estrategia resultante - el ambiente en que se desarrolla.

Otro autor importante que se puede ceñir al enfoque es Shapero (1984),quien define un “acto emprendedor” como la combinación de factores personales y contextuales. Acorde a él, este acto emprendedor inicia siempre mediante un evento “desubicador” que conlleva potencialmente a la creación de una empresa ( entre varias alternativas más que la persona enfrenta). Este “encauzarse” a un emprendimiento está influido por la percepción de factibilidad y deseabilidad, en las cuales subyacen aspectos sociales y económicos.


Muy en línea con la orientación previa, el autor Mason (1991) introduce variables más amplias para explicar el fenómeno emprendedor desde una óptica de diferencias geográficas. Es de esta manera, que Mason acoge el “acto emprendedor” como aquel motivado por un “efecto esubicador” ( a lo Shapero ) e introduce tres tipos de variables para explicar las diferencias espaciales en las tasas de creación de empresas, a saber:

  • características estructurales,
  • cultura emprendedora ( causas sociales) y
  • factores económicos.
En la misma corriente analítica, Gibb y Ritchie (1982) proponen que el éxito de los mprendimientos se sustenta en cuatro elementos críticos, como son:

  • motivación ( personal, círculo de allegados, esfera social amplia );
  • idea y mercado ( viabilidad, posibilidad de generar nichos, tipo de competencia, entre varios);
  • acceso a recursos ( físicos y financieros) y
  • habilidad ( experiencia, educación, equipo de trabajo, capacitación de fuerza laboral).
Sistema de desarrollo emprendedor: Hacia un enfoque ecléctico del proceso emprendedor

Hugo Kantis en diversos trabajos utiliza lo que él denomina “un enfoque conceptual sistémico” que pone énfasis en el proceso emprendedor, considerando los diferentes factores que contribuyen a comprender “la naturaleza compleja y contextual del proceso emprendedor”.


Dicho enfoque da cuenta de la forma en que intervienen cuestiones tales como:

  • ámbitos de aprendizaje (familia, educación, experiencias de trabajo, etc. )
  • redes de apoyo ( sociales, institucionales, de producción, etc. )
  • recursos (financieros y no financieros).
Un enfoque de estas características dará lugar al concepto de SISTEMA DE DESARROLLO

EMPRENDEDOR (SDE) definido como “ el conjunto de elementos y factores que inciden

sobre el procesos emprendedor contribuyendo/obstaculizando el nacimiento y desarrollo de emprendedores y de empresas tanto en términos cuantitativos como cualitativos”.


Este conjunto de factores pueden ser divididos en las siguientes categorías:

  • CONDICIONES SOCIALES Y ECONÓMICAS: definen el contexto ensentido amplio (microeconómico y macroeconómico) y comprenden factores tales como: perfil de los hogares que potencian el emprendedorismo; acceso a la educación, acceso a ingresos básicos; comportamiento de la demanda o grado de estabilidad económica y crecimiento, etc.
  • ESTRUCTURA Y DINAMICA PRODUCTIVA (O DE LA INDUSTRIA) incluye factores tales como: el perfil sectorial, regional, y de tamaño de las empresas e instituciones condicionadas por la estructura productiva existente incidiendo sobre la experiencia laboral de las personas.
  • ASPECTOS PERSONALES comprende el perfil socio-demográfico del emprendedor y sus competencias para emprender. Por definición las capacidades emprendedoras inciden sobre losdiversos elementos del proceso emprendedor y está n influidas por los ámbitos familiar, educativoy laboral.
  • REDES DEL EMPRENDEDOR ( O CAPITAL SOCIAL ) incluye las redes formales e informales:sociales (amigos , familias) institucionales, comerciales, etc.
  • MERCADO DE FACTORES (MACROECONOMÍA): influyesobre el acceso a los recursos financieros, a la oferta de trabajadores calificados, a los proveedores de insumo y de servicios profesionales, equipamiento, etc.
  • REGULACIONES Y POLÍTICAS (MARCO LEGAL Y REGULATORIO) : incluye el conjunto denormas y políticas que inciden sobre la creación de empresas (impuestos, trámites necesarios,iniciativas y programas de fomento a la empresarialidad, etc) afectando la existencia deoportunidades de negocio y el acceso a las mismas, la adquisición de vocaciones y competencias y el ingreso al mercado.
Para Kantis el proceso emprendedor consta de 3 etapas que no necesariamente se desarrollan de

forma lineal :

  • INCUBACIÓN O GESTACIÓN DEL PROYECTO EMPRESARIO: comienza con la adquisiciónde la motivación para emprender e incluye las formación de las competencias empresariales; laidentificación de la idea de negocio ( oportunidades) ; y la elaboración del proyecto.
  • INICIO O LANZAMIENTO DEL PROYECTO : incluye la toma de decisión final de emprender, el acceso y organización de recursos financieros y no financieros
  • DEARROLLO INICIAL DE LA EMPRESA incluye la introducción de la empresa al mercadode bienes y servicios (confrontar el proyecto con la realidad) Los factores que influyen dentro deesta etapa son la gestión de la empresa en los primeros años, los problemas y la manera deresolverlos, el financiamiento de operaciones y crecimiento.